Casa de los Luna
El Palacio de los Luna está situado en la plaza de San Andrés, esta mansión solariega es un excelente ejemplo de plateresco cordobés.
Está datada en 1544 y se atribuye a Hernán Ruiz el Viejo, fue para algunos eruditos la residencia del humanista Hernán Pérez de la Oliva.
Ficha del PEPCH
Tipología : Casa solariega.
Cronología : Siglo XVI (1544).
Patios : Dos patios, (estructurantes) reformados en el siglo XX.
Estructura : En general de muros de carga de sillería. Existen indicios de continuidad constructivas con la casa colindante en la Plaza de S. Andrés, por lo que pudieran tener un origen común.
Fachada : Dos plantas, en esquina, con portada principal adintelada con decoración de guirnaldas. Destacan las dos ventanas en esquina (aljimeces) con capialzados imitando artesonado. El cuerpo del secadero es de factura modera.
Cubierta : Inclinada de teja cerámica árabe.
Uso : Vivienda.
Conservación : Buena. Reformado a mediados de siglo XX por el arquitecto Carlos Saenz de Santamaría.
Propiedad : Privada. Fue casas de Hernán Pérez de Oliva, humanista, rector de la Universidad de Salamanca.
Elementos de Interés : Fachada principal.
Escudo de los Luna, situado encima de la portada.
Descripción
Paseos por Córdoba
La casa tiene una bonita fachada del Renacimiento, hoy sin uso, y en la esquina dos preciosos ajimeces, uno sobre otro y con los vanos macizos, no teniendo más compañero que otro en la calle de la Pierna. Como un recuerdo de nuestras bellezas artísticas debieran ponerse en uso, lo cual daría importancia a aquel edificio, un tiempo casa de las más principales.
Portada
La portada presenta dos cuerpos. El cuerpo inferior muestra un vano adintelado, que se recuperó como entrada principal de la casa a mediados del siglo XX después de haber estado parcialmente cerrado y convertido en ventana (ver fotos antiguas).
Este vano recibe a lo largo de sendas bandas laterales una interesante decoración plateresca con motivos militares y guerreros, como blasones, guanteletes cruzados, yelmos, armaduras y espadas, que debe ser puesta en relación con los bustos de guerreros que aparecen junto a la ventana en esquina. Con el empleo de estos motivos decorativos se alude con toda probabilidad a la ocupación militar de los dueños de la casa, subrayándose de esta forma su nobleza y su valía, por cuanto las artes de la guerra era la ocupación que, a lo largo de la Edad Moderna, mejor cimentaba el prestigio de las clases nobiliarias. Sin embargo, el recurso de una decoración de carácter guerrero y triunfalista enlaza también con la admiración característica del Renacimiento por los grandes héroes de la Antigüedad, buscándose con ello un paralelismo que, en definitiva, redunde en el prestigio secular de la familia aristocrática que habita en el palacio.
Sobre el dintel se disponen tres cabezas de carácter fantástico, semejantes a sátiros o faunos, una en la clave y la otras dos en los extremos, entre las cuales se despliegan sendas guirnaldas de flores y frutas.
El segundo cuerpo de la portada consta de una ventana adintelada, jalonada por dos pilastras cajeadas que sostienen un friso liso, repitiendo con ello el esquema compositivo de las ventanas de la esquina. En el antepecho se dispone un menudo almohadillado en cuyo centro se dispone el escudo heráldico de la familia de los Luna.
Finalmente, la fachada se decora con una terraza-lavadero de ladrillo de factura moderna, de acuerdo con una solución que no es difícil encontrar en otras casas solariega has cordobesas, como el vecino palacio de los Villalones
(Amedina Córdoba, Casa de los Luna)
Parece que la casa estuvo unida a la de al lado. El zócalo de ambas es igual, y también los tejados. El patio de la casa contigua es mayor.
Balcones en esquina
Tiene dos balcones en esquina que se disponen uno sobre el otro en la esquina izquierda de la fachada; se trata de un ejemplo elemento singular por la peculiaridad de ubicarse de manera que aprovecha el ángulo recto de la esquina de acuerdo con una solución arquitectónica que no es propia de la arquitectura civil cordobesa pero de la que, en cualquier caso, no es este el único ejemplo, hallándose una disposición similar en la ventana de la fachada del palacio de Jerónimo Páez, actual sede del museo arqueológico o en la existente en la antigua casa solariega de los Velasco en la calle Barroso.
Cada uno de estos dos balconcillos de la casa de los Luna consta de una columnilla de mármol blanco que hace las veces de parteluz en la esquina; el antepecho presenta una decoración a imitación de artesas o casetones en concordancia con la decoración interior del techo de cada balconcillo, también a base de casetones en piedra. La ornamentación de estas ventanas se completa, en la ventana inferior, con dos bustos de guerreros, jalonando el antepecho de la ventana, y en las dos ventanas con sendas pilastras cajeadas que jalonan el vano, y con un coronamiento sencillo formado por una moldura y friso liso corrido.
(Amedina Córdoba, Casa de los Luna)
Interior
El zaguán tiene vistoso artesonado y asientos de obra en dos de sus rincones, y cancela forjada con el escudo heráldico de los Luna. Permanencen inmutables al paso de los siglos los viejos poyos que un día facilitaron al caballero alzarse en sus monturas.
Tiene dos patios que fueron reformados a mediados de los años 50 por el arquitecto Carlos Sáenz de Santamaría.
El patio es uno de los más bonitos de Córdoba. Dentro del mismo a la izquierda tiene unos arcos cerrados con cristalera, que contienen una galería y, dentro de ésta está la monumental escalera de subida a la planta superior.
El patio precioso, enchinado, con un pozo y una fuente de surtidor en el centro, y rodeado de múltiples restos arqueológicos. A la derecha una escalera pequeña, al aire, con una pequeña columna salomónica en su comienzo, capitel y fuste, que sube a la planta alta también. Por las ventanas del fondo del patio, donde está el pozo, puede verse el otro patio posterior.
Entre las diferentes estancias de este palacio destaca un despacho-biblioteca «en el que podemos contemplar un extenso repertorio del mobiliario español de los siglos CVII y XVIII, aderezado con óleos de distintas épocas».
(Bajo la Mirada de Córdoba, Casas señoriales de Córdoba de Manuel Ramos Gil y Notas Cordobesas)
Historia
Entre los nobles que ocuparon esta morada, figuran algunos descendientes de Luis González de Luna, veinticuatro de Córdoba, «que pasará a la historia local como el fundador del llamado popularmente 'Hospital de los Locos' en 1444, en sus Casas Principales del Realejo». Este hospital fue el primer manicomio que hubo en la ciudad.
Posteriormente fue casa solariega de los Mesa, después del mayorazgo de Chanciller. En 1608 pasa a ser parte del mayorazgo de la Carnicera al casarse la heredera de los Mesa con Don Martín Alonso de Cea y Córdoba.
(Más detalles en Bajo la Mirada de Córdoba)
Mucho después fue casa de vecinos, existió una carpintería de Diego Soto.
Compró la casa y vivió en ella José María González del Campo, “Pepito El Sevillano”, aunque era natural de Sanlúcar de Barrameda, que llegó en 1919, platero que fue un gran artista, y murió en 1978.
Al fallecimiento del platero la casa pasó a ser propiedad de dos sobrinos suyos, que mantuvieron la platería hasta su jubilación y vivieron allí. En febrero de 2025 la casa está en venta.
Notas Cordobesas, La Casa de los Luna y Fernán Pérez de la Oliva y Manuel Estévez, “Si la Fuente de San Andrés hablara”)
Artículo en Bajo la Mirada de Córdoba: La Casa de los Luna y el primer hospital psiquiátrico de la ciudad
Qurtuba Fábulas: El palacio de los Luna: la leyenda del viejo avaro
Casa colindante (San Andrés nº 4)
Ficha del PEPCH
Foto: JosCar
Casa nº 4
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